En la carrera hacia las elecciones presidenciales de Colombia, Federico Gutiérrez, un candidato de la derecha, es apoyado por una alianza conservadora similar a la que ayudó a impulsar al cargo al actual presidente.
Pero ese es quizás el mayor problema de Gutiérrez.
La campaña presidencial se ha convertido cada vez más en una exigencia de ruptura con lo que muchos colombianos consideran las políticas fallidas del presidente Iván Duque, que lo han convertido en uno de los líderes más impopulares de la historia reciente de Colombia.
El país enfrenta una serie de desafíos. La violencia de los grupos armados en las zonas rurales ha aumentado, problemas crónicos como la pobreza y la desigualdad se han agravado durante la pandemia y las manifestaciones masivas del verano pasado contra el gobierno derivaron en acusaciones a las fuerzas de seguridad del Estado por graves abusos a los derechos humanos.
Gutiérrez, de 47 años, quien es ampliamente conocido como Fico, se ha esforzado por presentarse como un cambio respecto a Duque, mientras sigue trabajando para apuntalar el apoyo que necesita de la base derechista del país.
“Es muy difícil seguir esa senda”, dijo Arlene Tickner, profesora de la Universidad de Rosario en Bogotá.
Gutiérrez, ingeniero civil, nació en el seno de una familia de clase media de la región cafetera del país y alcanzó prominencia política como un alcalde popular de Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia y un bastión conservador.
Ha prometido aumentar la inversión extranjera, impulsar el crecimiento económico, luchar contra la corrupción, reforzar la seguridad y mejorar la vida de los pobres.
“Lo que tenemos que hacer es trabajar para sacar a la gente de la pobreza y dar oportunidades”, dijo a The New York Times.
Gutiérrez ha conseguido ganar adeptos, en parte al posicionarse como una alternativa estable a Gustavo Petro, antiguo rebelde y rostro de la oposición durante mucho tiempo, quien ha mantenido una ventaja constante en las encuestas y busca convertirse en el primer presidente de izquierda del país.
Gutiérrez ha tratado de avivar los temores de los colombianos conservadores preocupados por lo que significaría una presidencia de Petro, advirtiendo que “la democracia está en riesgo”.
En un mensaje de Twitter que aludía al eslogan de la campaña de Petro, “cambio por la vida”, Gutiérrez escribió: “No un cambio que signifique un salto al vacío sin paracaídas”.
Gutiérrez ha quedado por detrás de Petro en las encuestas, y en los últimos días ha perdido el segundo puesto ante el auge de otro candidato de derecha, Rodolfo Hernández, un empresario con una plataforma populista. Si un candidato no obtiene más del 50 por ciento de los votos, el mes que viene se celebrará una segunda vuelta entre los dos más votados.
El planteamiento de Gutiérrez contra Petro ha calado en votantes como Juan Sebastián Rey, un organizador político de 21 años de Medellín.
Elegir a Petro a la presidencia, dijo, sería “jugar con la democracia de este país”.
Sofía Villamil y Julie Turkewitz colaboraron con reportería desde Bogotá.
